Como cualquier árbol, el almendro tiene sus propias características que tenemos que tener en cuenta para poder sacar una mejor producción de almendras.

Como bien sabemos, tenemos que tener en cuenta aspectos como condiciones del clima, riego o poda. En este último aspecto vamos a centrarnos en este post, ya que tenemos que tener claro que la poda del almendro es una de las tareas más importantes de este cultivo y puede garantizarnos más o menos producción. Además, claro está, que nos puede facilitar la recogida o de otra manera, dificultárnosla.

¿Por qué hay que podar el almendro?

Como hemos comentado, si no tuviésemos cuidado en la poda del árbol, podríamos hacer que la cosecha disminuyera, por eso hay que hacerlo como y cuando toca. Otro motivo para podarlos es para hacer más ágil y productiva la recogida, ya que tener los árboles bien podados nos ayudará a trabajar más rápido y más cómodamente.

Si nos saltásemos este paso, el árbol crecería sin control y esto dificultaría nuestro trabajo. Las ramas más altas también sería un impedimento para recolectar el 100% del “fruto” y además nos ralentizará.

¿Cuántos tipos de poda del almendro hay?

Existen 4 tipos de poda del almendro:

  1. La poda de Formación
  2. La poda de producción o fructificación
  3. La poda de restauración o renovación
  4. La poda en verde

La poda en formación del almendro

Este tipo de poda se lleva a cabo cuando el árbol es joven y se hace con el objetivo de que adquiera la forma adecuada para que crezca correctamente para que podamos recoger el frutos cómodamente cuando éstos estén preparados. Ahora te explicamos como se hace.

En el primer año del árbol, debemos recortar todas las ramas de éste. El objetivo será que brotes ramas a un nivel más bajo.
Cuando sea ya el segundo año, tendremos que recortar las ramas principales a una altura ⅔ de su propia longitud.
Una vez llegando el tercer año, tenemos que podar las ramas principales a ⅔ parte de su longitud, y también quitaremos las que se estén yendo hacía dentro de la copa del árbol.
Y el cuarto paso se llevará a cabo al llegar el cuarto año, que iremos dándole un mantenimiento, recortaremos las ramas que estén creciendo en exceso y quitaremos los chupones.

La poda de producción o fructificación

Esta poda se llevará a cabo cuando hayan pasado ya 4 temporadas y ya tengamos el apogeo de producción. Aquí la poda debe cambiar. Anualmente tendremos que quitar las prolongaciones y las ramas débiles o muertas. También tendremos que quitar siempre los chupones. El objetivo será que las ramas secundarias cojan más fuerza y produzcan más.

Hay que tener especial atención cuando podemos, ya que debemos tener un equilibrio en todas las partes del árbol. Evitar qui ninguna ramificación sufra más que el resto.

La poda de restauración o renovación

El almendro comenzará a perder fuerza por el envejecimiento de las ramas y por el paso de las temporadas. Por eso, para ralentizar este proceso, tendremos que hacer la poda de restauración. También se suele hacer para los árboles que estén sufriendo o algo malitos.

Tenemos que ir con cuidado de no podar las ramas que tengan un diámetro de 10cm.

La poda del almendro en verde

Esta poda se lleva a cabo después del proceso de floración y después de la recogida del fruto. Y es muy sencilla, solamente se tienen que aclarar los brotes que han crecido ese año.

Es decir, que nuestro objetivo será que no se cree una ramificación excesiva y que el almendro pierda fuerza.
Lo ideal será cuando los brotes consiguen unos 30-45 cm de longitud, y dejaremos entre 4 a 6 brotes el primer año.

En el caso que se te quede alguna duda con la poda del almendro, puedes contactar con nuestros expertos.