Farms

La gestión de fincas rústicas es una parte fundamental de la explotación agrícola moderna, y Agróptimum está liderando el camino en la implementación de prácticas innovadoras para hacer que esta labor sea más sostenible, eficiente y rentable.

Este enfoque representa un cambio de paradigma en el sector agrícola. En un mundo en constante evolución, es crucial conocer la diferencia entre una explotación agrícola tradicional y una explotación impulsada por la tecnología, la biodiversidad y la sostenibilidad. Esta transición hacia la gestión de fincas rústicas, como las nuestras, no solo es necesaria sino vital para el futuro de la agricultura.

La sostenibilidad como epicentro de la explotación agrícola

La gestión de nuestras fincas se sostiene sobre tres pilares esenciales: agua, suelo y biodiversidad. Los recursos hídricos, por razones obvias, son una prioridad. Con el uso de sondas, imágenes de satélites y drones, gestionamos eficientemente el riego.

También somos pioneros en la utilización de sistemas de última generación de riego por goteo y monitorizamos de forma continua, en tiempo real, la humedad y los nutrientes del suelo y las condiciones meteorológicas. Este control es crucial para que el riego esté optimizado constantemente. Además, contamos con una plataforma propia que proporciona un control y seguimiento precisos del riego en todas nuestras fincas.

En las plantaciones, la implementación de un sistema de cultivo sostenible nos permite un 35% de ahorro de agua por hectárea en comparación con los cultivos sustitutivos de cereal en regadío. Pero, más importante, se consigue una reducción del 60% en productos fitosanitarios, uno de los objetivos adoptados en la propuesta de la Unión Europea de 2020. Con estas plantaciones, conseguimos repoblar el país con una masa leñosa, así la lucha contra las emisiones es mucho más efectiva.

Cerrando el círculo de iniciativas sostenibles, en Agróptimum pensamos que una de las claves para mantener el equilibrio de un cultivo es mantener la biodiversidad en el entorno.

Plantamos especies en los márgenes para crear corredores ecológicos. Mantenemos alejadas las plagas gracias a barreras vegetales y animales autóctonas. Todas estas iniciativas no solo nos ayudan a proteger la fauna y la flora locales, sino que también contribuyen a la lucha contra el cambio climático al absorber CO2.

El efecto social de la gestión de fincas

La transición hacia sistemas de cultivo innovadores que aumentan la rentabilidad de las explotaciones es esencial para garantizar la sostenibilidad de las comunidades rurales. En primer lugar, porque esa rentabilidad requiere constantemente de una fuerza laboral cualificada.

Así conseguimos revitalizar la comunidad local y su economía, a menudo amenazada por recortes en la Política Agraria Común (PAC). A modo estimado, podemos decir que por cada 15 hectáreas de explotación agrícola gestionadas por Agróptimum se crea un puesto de trabajo cualificado.

Una inversión sostenible para la sociedad, el medio ambiente, y la economía.

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