Aunque más de un millón de plantas vendidas nos avalan, en agróptimum trabajamos cada día para ofrecer una planta de mayor calidad.
Nuestras semillas se seleccionan una a una y solo comienzan a germinarse cuando se encuentran en el punto óptimo. La germinación se realiza en macetas individuales y en un entorno controlado de temperatura y humedad, lo que favorece un desarrollo temprano y vigoroso. Una vez que la planta cuenta con la altura adecuada, se trasplanta a una maceta vertical de 5l, para promover el correcto desarrollo radicular.
Las macetas cuentan con un sistema de fertirriego individual que permite monitorear la nutrición de las plantas de manera aislada. Este sistema, garantiza la correcta nutrición de cada una de ellas sin desperdiciar insumos.
Una vez que el sistema radicular está completamente desarrollado, se realiza el injerto, siempre a una altura mínima de 45cm, lo que ayuda a prevenir infecciones fúngicas por la proximidad del injerto al suelo. El injerto se realiza siguiendo una cuidadosa técnica que garantiza una tasa de supervivencia de más del 95%, lo que permite que la variedad productora y el portainjertos se desarrollen de manera simultánea.
Por último, las plantas se siguen desarrollando en un entorno controlado de temperatura, humedad y nutrición individual hasta que alcanzan la altura necesaria para ser llevadas a campo. En ese momento, se deja que se aclimaten en el exterior durante varios meses para adaptarlas al clima en el que pasarán el resto de su vida.
La temperatura y humedad se adaptan a las necesidades de la planta en cada etapa de crecimiento.
Una planta desarrollada garantiza una entrada en producción precoz.
Somos el vivero de planta de pistacho más grande de Europa. Con una capacidad productiva de un millón de plantas por año y más de 75.000m² de viveros altamente tecnificados, somos el mejor productor de plantas de pistacho del país.
La calidad es nuestra mayor preocupación a la hora de producir las plantas, lo que se ve reflejado a lo largo de todo el proceso productivo. Comenzando por la semilla, utilizamos el portainjertos UCB#1, que solo cultivamos a partir de semillas certificadas por la Universidad Davis, en California. Este portainjertos es el más resistente a la salinidad, a las enfermedades y a las sequías.
Nuestras técnicas de producción garantizan la homogeneidad y estabilidad desde el proceso de germinación, lo que se ve reflejado en cada planta injertada.
Promovemos el desarrollo vertical de la raíz desde que es una semilla, lo que garantiza una estructura fuerte y vigorosa que soportará la planta final
Esta verticalidad en la raíz permite que se entierren más profundo, accediendo con mayor facilidad al agua y mejorando su resistencia a la sequía
Unas raíces desarrolladas facilitan la absorción de nutrientes e incrementan la producctividad del árbol
La verticalidad de sus raíces permite cultivarlas en marcos mucho más estrechos, incrementando la productividad por hectárea
Nuestra técnica de injerto mejora la calidad de la planta.
radicionalmente, las plantas de pistacho se han injertado directamente en el campo. Para hacerlo, primero se cultivaba el portainjertos, generalmente cornicabra, sobre el que se injertaba la variedad productiva.
El resultado de este método era una tasa de supervivencia inferior al 60% y una plantación completamente irregular, ya que, mientras unos injertos morían y tenían que volver a hacerse, otros continuaban creciendo. Todo esto dificultaba enormemente la mecanización del cultivo y su rentabilización.
Por eso, en nuestro vivero solo producimos planta de pistacho injertada. Estas plantas tienen una tasa de supervivencia del injerto superior al 99,9% cuando se llevan al campo, lo que garantiza una plantación homogénea y fácilmente mecanizable.
Otra de las ventajas de trabajar con plantas de pistacho injertadas es que se acelera considerablemente su entrada en producción. La técnica de injerto en campo implica que la planta de pistacho necesite 10 años para dar sus primeros frutos. Una planta de alta calidad injertada en vivero como la nuestra puede llegar a producir sus primeros frutos tras 4 años después de ser llevada a campo.
El portainjerto UCB#1 se ha consolidado como una opción destacada en el cultivo del pistacho, ofreciendo múltiples ventajas que contribuyen a la rentabilidad y sostenibilidad de la producción agrícola.
Este portainjerto es reconocido por su alta resistencia a enfermedades y su capacidad de adaptarse a una amplia variedad de suelo y condiciones climáticas. Además, promueve un crecimiento vigoroso y mejora la asimilación de nutrientes, lo que se traduce en un mayor rendimiento y calidad de los frutos. Su tolerancia al estrés hídrico y a la salinidad lo convierten en una herramienta clave para enfrentar condiciones adversas, asegurando cultivos más robustos y productivos.
Con el portainjerto UCB#1, los agricultores pueden optimizar sus inversiones y asegurar la viabilidad a largo plazo de sus plantaciones.
¿Cómo producimos nuestras plantas?
👉 Utilizando semillas de certificadas
👉 Controlando temperatura, riego, humedad y nutrición
👉 Con técnicas avanzadas de injerto
👉 Realizando un seguimiento continuo de las plantas
👉 Con controles de calidad realizados en laboratorio
👉 Con innovación constante y visión de futuro
Cada planta crece en una maceta individual desde que nace.
Todas las plantas se producen en macetas aisladas, desde que son una pequeña semilla hasta que se encuentran listas para llevarse a campo. Esto nos permite controlar su nutrición de manera precisa e individualizada.
A diferencia del formato en raíz desnuda, el formato en maceta está disponible durante todo el año y permite cultivar en una horquilla de tiempo mucho más amplia. Además, este formato es mucho menos estresante para la planta durante el trasplante de vivero a campo, lo que facilita su adecuación y desarrollo.
Por último, este formato agiliza la eficiencia operativa del vivero y permite preparar un cargamento de planta en tiempo récord.
Semilla Certificada
Alta Sanidad Vegetal
Entrada en producción precoz
Este proyecto tiene como objetivo central el desarrollo de nuevas variedades de pistachero adaptadas al entorno climático y edáfico de España. A través de métodos de mejora genética clásica (cruzamientos entre líneas parentales), se busca optimizar aspectos clave del cultivo, como:
La productividad por hectárea.
La calidad organoléptica del fruto.
La resistencia a plagas y enfermedades.
La adaptación a la sequía.
Además, se pretende incorporar la tecnología molecular para identificar marcadores genéticos asociados a rasgos clave, facilitando así futuros programas de mejora.
Todo el proyecto se desarrolla siguiendo una estrecha colaboración con la Universidad de Córdoba. La UCO pone a su disposición un equipo de doctores especializados en el desarrollo de nuevas variedades, que colaboran con los técnicos de agróptimum y guían el desarrollo del proyecto.
Estado actual de la ampliación del proyecto realizada en 2024.